domingo, 5 de febrero de 2012


Hoy es otro de Esos días, un domingo cualquiera, encerrado en tu cuarto pensando en no pensar, mirando las nubes pasar por enfrente de la ventana, con el cuerpo tan muerto al ver el dolor que se derrama.
Las nubes grises te hacen ver la realidad, que se basa en un túnel oscuro sin principio ni final.
Ya no tengo fuerzas, se que mucha gente no me entendería, aunque espero no ser el único que se siente solo noche y día, la melancolía forma parte de mi vida, es una herida sin cerrar que me ensucia y contamina.
Veo cosas que los demás no entenderían, siento cosas que nadie entendería, y me siento siempre tan frio como el hielo, tan metido en el Agujero, sin salida, solo lagrimas vacías, sueños rotos, y sin compañía, la amistad es una mentira.
Ojalá encontrase a alguien que supiera lo que siento, que llegase a mis adentros, y cuidara de mi en todo momento, aun así se que es imposible asique no lucho por ello, cada día tengo mas claro que ha llegado mi momento.

Las paredes blanquecinas, las savanas suaves, la ventana sombría, el día oscuro y gris, mi corazón ya esta muerto para nunca revivir.
En mi vida todo es en blanco y negro, hasta el día mas soleado, mis palabras favoritas son oscuridad, sueños y raro.
Mi vida es como la tirada de un dado, solo que sus lados no tienen números sino problemas y reparos.
Y así soy yo, creo que único en mi especie, el hombre mas solitario y extraño desde antes de sus 13, con sueños imposibles, y con un pie en el mas allá, vivo en el desprecio del 90% de la sociedad.
Sigo esperando ese día en el que alguien me entienda, alguien que me ofrezca su mano y su ayuda eterna, pero a cada segundo pierdo mas la fe, nadie siente este dolor esta aguja clavada atravesando mi corazón.
Y mi alegría se marcho para nunca mas volver, mis sonrisas están vacías, y se empiezan a desvanecer, ya no se que hacer, quiero desaparecer, ahogaría entre lamentos pero al igual que mi alegría, nunca quiero volver.

En un bosque solitario con el que sueño cada noche, me siento con los ojos cerrados al borde de la cascada, mientras solo se oye el caer del agua y el frio de la madrugada.
El aire me golpea y siento su tacto en mis pulmones, mis emociones fluyen en el aire sin temores, ya no hay perdones.
Inhalo y siento el fresco acariciando mis fosas nasales, siento el amanecer por los poros de mi piel.
Las hojas de los arboles se mecen sin temor, yo me tumbo en la hierba y pasan horas y minutos, podría pasar mi vida en la mas absoluta soledad, al menos no tendría problemas, ni cosas que pensar, solo quiero vivir solo, sin nadie a mi alrededor, porque nadie sabe lo que es vivir así, esto no es nada fácil, todos viven y son felices mientras yo estrujo mi lápiz, ha llegado mi fin, La hora de apagar mis penas.. Ya siento el tacto frio de la hoja del cuchillo pentrando por mis venas.

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