miércoles, 15 de febrero de 2012

Otra vez miércoles, ecuador de la semana, los días pasan y se acerca el sábado, día en el que marchare una semana a Italia a disfrutar de su tranquilidad, allí no podré actualizar este blog pero sin duda el complemento indispensable en mi viaje será mi libreta, allí me desahogare. Espero que a la vuelta de dicho viaje vea todo con otros ojos, pues ahora es todo negativismo y odio. Necesito escapar del mundanal ruido, huir de aquí, de estas calles que me aprisionan a las aguas de Venecia, de estos amigos que clavan puñales a disfrutar de conocer gente nueva, de querer acabar con mi vida a intentar buscarla un sentido.. Se que pido mucho, pero soñar es gratis,  y me encanta. Ahora mismo la banda sonora de mi vida es un piano, cada nota que sale de él llega a lo mas ondo de mi alma, mientras el roce de la punta de las yemas de mis dedos rasga las teclas blancas y suaves.  Cada nota aguda es el sonido de una lagrima cayendo, que impacta en el suelo al son de una nota grave. El suelo se humedece y absorbe la lagrima, al igual que mi claro corazón ha absorbido tantos insultos y tanto odio que se ha ido tiñendo de negro, ahora mi interior es oscuro, y no atiende a perdones, solo busca venganza. Solo busco orden en esta realidad que me pone a prueba, que me engaña y me seduce para que caiga en sus trampas.. Tanto daño y tantos sucesos extraños dejaron huella en mi cuerpo, en mi piel.. Una extraña cicatriz inborrable, nadie sabe de su existencia, y nunca ningún medico, dermatólogo ni especialista ha sabido decirme porque esta ahí, o a que es debida. También existen cicatrices invisibles en mi cuerpo, pero hoy no me apetece escribir mas.. El tiempo pasa y he de aprovecharlo.

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